La ciencia forma parte de nuestra vida cotidiana, pero si
quieres que tus alumnos sean conscientes de la física, la química o la biología
que se esconde tras el gesto más sencillo de su vida diaria, puedes poner en
práctica con ellos alguno de estos proyectos científicos. Todos pueden hacerse
con productos y elementos que tenemos a nuestro alrededor y son
sencillos y divertidos, para que aprendan mientras disfrutan experimentando.
1. Estados
de la materia y fluidos no newtonianos con maicena. Un truco sencillo para experimentar con estos fluidos, que
cambian su tensión según la fuerza que se les aplique. Después podéis utilizar
un altavoz para ver cómo reacciona a la vibración.
2. ADN
vegetal con un tomate.
Un sorprendente experimento para extraer el ADN del tomate y observarlo en
forma de material fibroso a simple vista.
3. Electromagnetismo
con un clavo. Una
experiencia clásica para aprender cómo funciona un imán. La explicación de por
qué y cómo sucede esto puede leerse aquí.
4. Estructura
vegetal con claveles. Otro
experimento tan fácil como eficaz para comprender cómo las plantas absorben el
agua y la distribuyen por sus células. Se pueden utilizar diferentes tintas o
colorantes para lograr colores distintos, y dividir el tallo en dos para que el
clavel absorba dos colores al mismo tiempo.
5. Presión
atmosférica y nubes con una botella. Para comprobar, con un poco de alcohol y una botella de
plástico, lo que ocurre en la atmósfera cargada de moléculas de agua cuando la
presión aumenta.
6. Flotabilidad
con un guante. Un
divertido fantasma que sube y baja dependiendo de la cantidad de aire que hay
en su interior. Aquí está la explicación.
7. Masa, volumen y densidad con frutas. Un experimento estupendo para plantear hipótesis y sacar
conclusiones, con unas cuantas frutas variadas y un barreño de agua donde los
niños comprobarán si flotan o no y deducirán el por qué. Incluso puedes
hacerles ver que una misma fruta puede flotar o no
dependiendo de su piel.
8. Tensión
superficial con pimienta.
Casi como un truco de magia, esta experiencia muestra de forma práctica como
funcionan las fuerzas intermoleculares que convierten la superficie del agua en
una especie de película elástica. Luego podéis probar con polvos de talco o
unos alfileres pequeños que floten.
9. Química con un huevo y vinagre. Otro de esos experimentos de siempre que siguen
sorprendiendo y que demuestra perfectamente los efectos de la reacción entre el
ácido acético y el carbonato cálcico.
10. Teoría cinética con un vaso de agua y tinta. Una manera sencilla de comprobar el movimiento de las
moléculas del agua y su aumento con la temperatura.
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